Muchas personas confunden las callosidades o callos con lo que conocemos como ojos de gallo.
Mientras las primeras son unos pequeños bultos endurecidos que aparecen por una excesiva presión en la zona, los ojos de gallo son protuberancias con piel más blanda y tienen un aspecto más blanquecino.
Además, a diferencia de los callos, estos causan un dolor agudo en la zona del pie que aparecen (generalmente, entre el cuarto y quinto dedo) debido a la constante fricción que se produce en esta área.
Por ello, muchos se preguntan si existe un tratamiento para los ojos de gallo. La respuesta es sí, existen tratamientos que pueden ayudarte a eliminar los ojos de gallo, sigue leyendo e infórmate en el siguiente artículo de las diferentes opciones para quitar ojos de gallo.
Como hemos adelantado, los ojos de gallo son pequeños bultos que pueden causar dolor debido a la zona que se encuentran, por lo que a veces es necesario recurrir a productos que nos ayuden a reducir las dolencias que provocan. A continuación, te explicamos los diferentes tratamientos para los ojos de gallo:
Uno de los productos más efectivos para aliviar el dolor que causan los ojos de gallo son los parches para callos de Scholl, ya que debido a su compuesto en molespuma reducen el dolor de manera inmediata provocado por este tipo de protuberancias, especialmente, cuando se encuentran entre los dedos de los pies.
Además, gracias a su doble capa también ayudan a aliviar la presión y el roce ejercido por los ojos de gallo en los pies, ya que consiguen aportar una excelente amortiguación.
Para utilizarlos, tan solo tendrás que limpiar y secar bien tus pies, extraer el papel adhesivo que está en el dorso de la almohadilla y colocarlo de forma centrada en el ojo de gallo o punto doloroso del pie. Sin embargo, si padeces diabetes, es recomendable que antes de utilizarlo lo consultes con tu médico de cabecera.
Cumple con la normativa de productos sanitarios
En el caso de que los ojos de gallo no mejoren con ninguno de los tratamientos locales y el dolor sea constante o más agudo, es recomendable que visites a un podólogo para que este especialista evalúe si la afección requiere un tratamiento quirúrgico.