Ante una molestia en el pie no siempre es fácil distinguir de qué se trata. En concreto, si hablamos de callos y de ampollas, ambas lesiones pueden resultarnos molestas y, en algunas ocasiones, tan similares que para algunas personas puede ser complicado diferenciarlas. Como es fundamental identificar las patologías para un correcto tratamiento, en Scholl te explicamos cuál es la diferencia entre callo y ampolla.
¿No tienes claro si esa lesión en el pie podría ser una molestia u otra? Te explicamos con detalle sus características para que sepas cómo diferenciar un callo de una ampolla:
Una ampolla es una acumulación de líquido, normalmente transparente, que aparece como consecuencia de un roce repetido, lo más habitual es que este sea con el zapato o al tocar un dedo contra otro.
Cuando esto ocurre, la piel de la zona se irrita y la ampolla surge para protegerla, formándose en la epidermis, que es la capa superficial de la piel. Las ampollas son frecuentes cuando estrenamos zapatos nuevos o damos una larga caminata, otras causas menos habituales son las quemaduras o algunas patologías dermatológicas. Se manifiestan en las zonas de roce, sobre todo en el arco plantar, el talón y entre los dedos.
Estas lesiones producen una sensación de ardor, la piel se enrojece, duele y, además, se levanta, formando la ampolla con líquido.
Hay diferentes tipos de callos, pero, en general, podemos definirlos como zonas endurecidas y engrosadas de la piel que se forman como respuesta a una presión y fricción excesivas y que pueden surgir en varias zonas del pie.
Los que se suelen confundir con ampollas son los llamados callos duros, que se presentan encima de los dedos de los pies o cerca de articulaciones. Los dedos segundo, tercero y, sobre todo, quinto son los más afectados. Normalmente estos callos son pequeños y bien definidos, de forma circular y color amarillento, aparecen sobre todo por el uso de calzado inadecuado, que presiona los dedos, o cuando estos presentan alguna deformidad. Además, a veces causan molestias.
¿Aún te preguntas cómo saber si tengo un callo o una ampolla? Repasamos los puntos más importantes para el diagnóstico:
Las molestias causadas por las ampollas pueden aliviarse con productos como el apósito para ampollas de Scholl, que ofrece un alivio inmediato del dolor y protección, gracias a una tecnología revolucionaria: Hydra-Guard TM de doble capa. Además, son apósitos invisibles, fáciles de utilizar, no se mueven y resisten al agua.
Se componen de una superficie externa, más rígida, que evita la fricción y el roce. La superficie suave de gel es la que proporciona la amortiguación y favorece una rápida curación.
Otras recomendaciones para tratar las ampollas mientras el dolor persiste son:
Como las ampollas se producen por el roce, es posible prevenirlas. Para ello ten en cuenta estos consejos:
Si tu problema en los pies se debe a los callos, es posible recurrir a distintos tratamientos farmacéuticos para tratarlos, como estas alternativas de Scholl:
Parches para callos: hechos de molespuma, ofrecen protección y alivio inmediato tanto del dolor como de la presión gracias a su doble capa, que consigue una excelente amortiguación. También están dermatológicamente testados.
Algunas condiciones en los pies, como los dedos en garra o los juanetes, pueden favorecer la aparición de callos que resultan difíciles de evitar. Sin embargo, en la mayor parte de los casos podemos prevenirlos siguiendo estos consejos: