Las durezas en los pies, también conocidas como hiperqueratosis, se producen debido a una presión excesiva sobre una zona concreta de los pies, lo que causa molestias y afecta el aspecto de nuestros pies.
Esta condición es muy común y se estima que un 47% de la población sufre de durezas en los pies. Pero, que sean frecuentes no implica que no podamos eliminarlas de forma efectiva para lucir pies sanos y hermosos.
En este artículo de Scholl te explicamos qué es la hiperqueratosis, cómo se forma y cómo eliminar las durezas de los pies y devolverles la suavidad perdida.
La durezas son trozos de piel engrosada y dura que se forma debido a una presencia excesiva de células muertas en la capa superficial de la piel.
Las zonas de piel endurecida suelen presentarse alrededor del talón o en la almohadilla de la planta del pie. Esta piel endurecida normalmente es más gruesa y menos sensible al tacto que la piel circundante.
Aunque no suelen ocasionar dolor ni tampoco representan una amenaza para la salud de nuestros pies, lo cierto es que las durezas son poco estéticas y afectan la apariencia de los pies, especialmente cuando usamos zapatos que dejan zonas como el talón al descubierto o cuando vamos descalzos.
Las durezas de los pies se presentan por una acumulación y un endurecimiento de las células muertas de la piel, que hacen que la capa exterior de esta resulte más gruesa.
Este engrosamiento es un mecanismo de defensa del cuerpo cuando existe un exceso de presión, roce y fricción. La presión puede presentarse por un factor externo, por ejemplo el tipo de zapatos que usamos, o por un factor interno, por ejemplo el modo en el que andamos o una deformación en nuestro pie que produzca mayor presión en una zona específica al caminar.
La aparición de durezas puede tener muchas causas, las más frecuentes son:
Utilizar zapatos que nos quedan muy ajustados o sueltos, o abusar de aquellos modelos que dejan al descubierto nuestros talones, como las sandalias o chanclas, pueden influir en la aparición de las durezas en los pies.
Si nuestros pies no tienen el soporte que necesitan se pueden generar puntos de presión que acaben en una hiperqueratosis.
El hábito de utilizar zapatos cerrados sin calcetines también ocasiona durezas, pues se incrementa el roce de la piel contra el zapato en puntos sensibles como el talón o las almohadillas.
La piel de los pies es más gruesa que la del resto del cuerpo, por lo que necesita una rutina de hidratación y exfoliación que ayude a mantener a raya las células muertas.
Si no lo hacemos con frecuencia, es normal que las células muertas se acumulen en ciertas zonas y acabemos teniendo durezas en los pies.
Una pisada incorrecta puede generar presión en ciertos puntos del pie, lo que acabará conduciendo al engrosamiento de la piel en las zonas que sufren más esa presión.
Además, otros problemas como los juanetes o los dedos en garra, que también repercuten en la pisada, pueden acabar ocasionando este problema.
Si este es el caso, la recomendación es visitar a un podólogo para intentar corregir la causa del problema y reducir la formación de durezas.
Aunque con frecuencia se confunden, las durezas y los callos duros no son lo mismo. Ambas condiciones están causadas por el exceso de presión o fricción en una zona del pie, pero cuentan con síntomas muy diferentes.
Los callos duros se presentan en un área pequeña y localizada, normalmente encima de los dedos o en el lateral del pie, y cuentan con una forma redondeada y definida.
Callo duro en el lateral del pie
En cambio, las durezas se presentan en zonas más extensas de la piel, normalmente en el talón o en la almohadilla del pie, cuentan con una textura rugosa y no presentan una forma definida como el callo duro.
Dureza en el talón
Aunque la presión y roce excesivo es la causa de ambas condiciones, su tratamiento es diferente. El callo requiere de la aplicación de productos especiales para su eliminación, mientras que podemos eliminar las durezas en los pies con un correcto hábito de exfoliación e hidratación, así como limitando cierto tipo de hábitos.
Eliminar las durezas de los pies debería formar parte de una rutina de cuidado frecuente. Básicamente consiste en eliminar las células muertas mediante la exfoliación periódica e hidratar la zona para mejorar su humectación.
La exfoliación es un proceso mediante el cual eliminamos las células muertas que se acumulan en la piel con el fin de renovarla. Debido a que las durezas en los pies se forman por una acumulación de células muertas en zonas concretas, exfoliarlas será básico para su eliminación.
Para ello puedes usar métodos como la piedra Pómez o la lima manual de talones, que sirven para arrastrar las células muertas al limar la capa superficial de la piel, ayudando a reducir las zonas de piel endurecida.
Pero si buscas resultados efectivos y rápidos para quitar las durezas de los pies, entonces te recomendamos la lima electrónica de Scholl con recambio exfoliante, que elimina las durezas y ayuda a reducir la piel seca y escamada gracias al cabezal exfoliante, siendo efectiva tanto en piel seca como mojada.
Esta alternativa electrónica es una manera de quitar las durezas de los pies rápido y sin necesidad de prácticas como ponerlos en remojo, por ejemplo.
Además de facilitar la eliminación de durezas con la lima electrónica, su uso frecuente favorece la penetración de la crema hidratante en tus pies, ayudando a mantener la sequedad al margen.
No basta solo con exfoliar la zona, también es importante que aportes a tus pies la hidratación que necesitan con una crema especial para esta zona.
Por eso , si quieres eliminar las durezas de los pies y evitar que reaparezcan, se recomienda mantener siempre tus pies hidratados aplicando a diario una crema especial para la zona, como la crema para durezas de Scholl.
Esta crema de Scholl reduce las durezas en solo 7 días, suavizando y alisando la piel con una efectividad clínicamente probada. Además no tiene perfume y cuenta con una textura no grasa que hace que su aplicación sea muy sencilla.
Lo ideal es aplicarla antes de dormir para que pueda actuar durante la noche, proporcionando máxima hidratación.
La hidratación es clave para prevenir las durezas, por eso las mascarillas para pies son una gran alterativa, pues aportan una nutrición profunda para mantener la sequedad a raya.
La mascarilla de pies Scholl, elaborada con la tecnología Hidro-Restore, está clínicamente probada para ofrecer hasta 24 horas de hidratación incluso en las capas más profundas de la piel gracias a su contenido de aceite de macadamia, manteca de karite, urea y pantenol.
Si la incluyes periódicamente en el cuidado de tus pies conseguirás nutrir la piel de esta zona potenciando su hidratación.
Quitar las durezas de los pies evita que la piel se deshidrate, se inflame y se agriete, algo que puede resultar especialmente molesto y doloroso, pudiendo conducir a la formación de talones agrietados.
¿Qué puedes hacer para prevenir las durezas en los pies? Sigue las siguientes recomendaciones para conseguirlo con éxito:
Utiliza calzado cómodo y biLen ajustado que ofrezca la amortiguación adecuada en la zona del talón. Además es recomendable usar plantillas de gel para reducir el impacto en esta zona y aumentar la comodidad.
Rota tu calzado y evita usar siempre el mismo modelo, de este modo evitarás la presión e impacto constante en una misma zona. Es importante que en los meses de más calor alternes el calzado y no uses únicamente modelos abiertos, de ser así, recuerda hidratar más tus pies.
Usa siempre calcetines cuando lleves zapatos cerrado, de este modo reducirás el roce de la piel contra el zapato, disminuyendo la posibilidad de sufrir de durezas en lo pies.
Practica una rutina de cuidado de tus pies, exfoliando con frecuencia la zona e hidratando la piel cada día.
No olvides que también deberás hidratar tu cuerpo desde adentro, por lo que es recomendable que bebas al menos 2 litros de agua para mantener la salud de tu piel.
Si tienes problemas en la pisada o deformidades en los pies, visita al podólogo para una evaluación a medida que te permita mejorar la salud de tus pies y reducir la formación de durezas.
Fuentes:
Footcare Issues, Incidence & Treatment Rates. Harris Interactive. Global Report: March 2018.